sábado, 7 de mayo de 2011

Mesa Redonda sobre Organizaciones Sociales-Suplemento Comunidad-La Nacion

Terminar de dar el salto

Diferentes organizaciones sociales debatieron sobre los desafíos que tienen a la hora de articularse, profesionalizar sus equipos, darse a conocer y conseguir fuentes de financiamiento


Terminar de dar el salto
Las organizaciones sociales enfrentan numerosos desafíos propios de su actividad: cómo comunicar y darse a conocer, la necesidad de articulación con el Estado y las empresas o cómo profesionalizar la tarea son algunos de los temas que las ocupan.

En el marco de la Tercera Feria de ONG y Empresas que se realizó el 11 de abril en el Hotel Hilton de Buenos Aires organizado por la embajada de Estados Unidos y su Cámara de Comercio (Amcham), Comunidad mantuvo una charla sobre estos temas con algunas de las 40 instituciones participantes.

El debate contó con la participación de seis organizaciones y el primer tema que surgió en la charla fue el serio problema de las instituciones para comunicar sus novedades y darse a conocer hacia la sociedad e incluso dentro del mismo sector social.


"El trabajo en las organizaciones, el día a día y la búsqueda de sustentabilidad nos consume muchas energías. Tenemos que tomar la comunicación institucional como un tema estratégico. Tiene que estar en la cabeza de los directivos de la organización, cosa que no siempre pasa", reflexiona Diana García, directora de Desarrollo Institucional de la Fundación Cláritas.

En general, las organizaciones suelen dedicar todos sus esfuerzos a conseguir financiamiento, lo que termina resintiendo otras áreas que a priori no parecen tan urgentes. "Siempre el tema es salir a buscar fondos. Pero por más noble que sea lo que uno haga, si no se enteran de nuestro trabajo los potenciales grupos con los que se pueden establecer redes de colaboración y apoyo, las cosas no funcionan. La comunicación no sólo es difusión, hay que entenderla como apertura y como consolidación de espacios comunes", agrega.

"Hay muchos temas que tienen la misma validez que conseguir recursos: innovar, ser creativos, lograr alianzas estratégicas. Con todo eso podés suplir el tema del financiamiento. Sin perder el norte hay que tener versatilidad", apunta Mercedes Mones Cazón, coordinadora general del Grupo Puentes.

Esa apertura conlleva la necesidad de comenzar a articular políticas y proyectos, ya sea con el Estado, las empresas o mismo otras con organizaciones del sector. Pero en este punto se presenta, quizás, el mayor desafío.

"Se necesita diálogo y construcción de agendas comunes con el Estado. Por más recursos que tenga una organización social hay un tema de escala. Nuestra responsabilidad es trabajar en las articulaciones. Parece obvio, pero en el campo no siempre pasa", opina Verónica Rodríguez Feldmann, presidenta del Instituto Argentino para el Desarrollo Sustentable (IADS).

Para Mones Cazón esta dificultad es inherente al nacimiento informal de la mayoría de las organizaciones. Por eso, a modo de diagnóstico, apunta: "Emergieron distintas problemáticas sociales y el sector fue formándose espontáneamente. Conozco gente que hizo en el patio de su casa un comedor y luego fue creciendo. En algún punto marcó esa informalidad. Creo que parte de salir de ese esquema tiene que ver con tener una fuerte planificación estratégica: hacia adónde vamos y qué podemos hacer juntos. Hay que dejar la idea de mi quintita la cuido yo y poder trabajar en red con otras organizaciones para ganar todos".

Sin embargo, cuando entra en juego el Estado también las ONG luchan por no quedar inmersas en medio de su burocracia. En este punto, Leandro Schvartzer, presidente de la Fundación Proyecto Emprender (Proem), introduce una realidad que en general juega en contra, pero en este caso es a favor: los problemas de financiamiento.

"Las organizaciones se manejan con fondos que son semestrales o anuales y, en el mejor de los casos, pueden durar cinco años, lo que acota el margen de acción", explica. En el mismo sentido acuerda Rodríguez Feldmann: "Lo que uno hace desde su organización es trabajar con un objetivo concreto y no apartarse. Es a corto y mediano plazo. Nos cuesta mucho, por una cuestión de presupuesto, programar a largo plazo, pero justamente por eso es posible concretarlos y no desviarse del camino trazado. Uno sabe con quién, para qué, cuál es el fin".

De todos modos, todos acuerdan en la necesidad de articular con los distintos niveles de gobierno. "El Estado es necesario. Es quien llega a toda la sociedad de una u otra manera. Uno ayuda, acompaña y trata de ocupar algunos espacios vacíos, pero el Estado es quien debe cubrir las necesidades", sostiene Rodríguez Feldmann.

Pero en este punto, Laurenz introduce una diferenciación importante: "La palabra Estado tiene distinto significado en función de las temáticas que manejamos. Las ONG que están en el nivel más bajo de la población quizá luchan con el puntero más que con el Estado".

Quizá la asociación civil Educación, Ambiente y Territorio de Formosa es la que más choca con ese problema. "El gobierno provincial nos conoce, pero parece que nos prueba hasta dónde podemos llegar. Nos pueden ofrecer muchas cosas, pero nosotros tenemos muy en claro nuestra misión y cómo queremos llegar a eso", afirma Mariana Meza, su presidenta, y agrega: "Trabajamos con emprendedores y ven que hay otras formas para salir adelante más allá del gobierno. Quizás es un poco más costoso, pero se dan cuenta de que hay otra opción".

Las empresasLa relación con las empresas es un punto complejo, sobre todo en momentos en que la RSE se afianza o, al menos, toma mayor relevancia. Como apunta García: "Es una negociación en la que hay que tener claro cuál es el faro. La colaboración con una empresa no implica subordinarse a todos los criterios que imponga".
La representante de Cláritas también hace hincapié en medir qué puede aportar una alianza, sobre todo en función de lo que la institución está dispuesta a ceder. "Las organizaciones tenemos un capital intangible que es nuestra trayectoria y la confianza de quienes nos apoyan y de la gente con la cual trabajamos. Eso lleva muchos años consolidarlo, pero se puede perder en segundos. Por eso a la hora de pensar una alianza los equipos directivos de las ONG tienen que analizar cuáles son los límites que están dispuestos a ceder y cuáles no, y ver si justifica renunciar a sus objetivos en pos de un objetivo mayor. Ahí hay un faro que es la misión. Mientras estés en esa ruta, vas a tener la claridad para decir acá sí o no."

Nutrir la organizaciónEn general, ningún tema está aislado de otro y todo concluye en la necesidad de continuar profesionalizando la tarea.

"Las organizaciones que van camino a profesionalizarse tienden a armar consejos: primero de administración, donde se rinden las cuentas, y luego comienzan a abrirse otros, como los consejos asesores, donde en un mismo ámbito puede haber actores políticos de distintos colores o empresariales. Uno tiene que ir presentándoles todo a ellos. Así, en tu propia creación vas encontrando los limites, lo que permite no estancarse y no entrar en grandes burocracias", apunta Schvartzer.

En el mismo sentido ejemplifica con el caso de Proem. "Cuando la creamos, nuestra idea era que la organización pudiera trascender a las personas. Y hoy del grupo fundador no queda casi nadie. Hay que pensar cómo nutrir a la organización de tal manera que una vez que este grupo cumplió su ciclo, la institución pueda seguir avanzando más allá de estas energías."

En el camino de ser profesionales, la confianza, transparencia y seriedad son ejes centrales, pero hoy resulta muy difícil diferenciar las buenas prácticas de las que no lo son. "El Estado tiene que separar la paja del trigo. Es muy difícil para este sector ser juez y parte, pero parece que somos todos iguales y no es así", reclama Matías Laurenz, de Res Non Verba Asociación Civil.

Incluso todavía resulta muy difícil saber a ciencia cierta cuántas instituciones existen en la Argentina ni hay disponible ninguna base de datos completa y actualizada del sector. "Hace falta tener una vara para medir, que existe. La AFIP tiene una base de datos perfecta porque nos obliga a presentar nuestros balances en tiempo y forma. Esa información debería ser de libre acceso ya que somos privilegiados porque no pagamos impuestos, y la sociedad y el Estado esperan que hagamos un determinado trabajo", agrega.

Esa información sistematizada, acuerdan todos, no sólo permitiría transparentar la gestión, sino que además permitiría llegar hasta aquellas organizaciones que tienen mínima visibilidad y ayudar a las que están surgiendo, son formales y quizá no saben cómo darse a conocer.

"Las cosas se pueden hacer de dos maneras: yendo en contra de todos los principios o bien. La confianza y la construcción de valores son muy necesarias. Hay que creer en el deber ser y apostar a eso. Depende mucho de nosotros, de lo que exigimos y, obviamente, de lo que damos. El exigir sin dar no sirve", finaliza Rodríguez Feldmann

Por Iván Pérez Sarmenti
Para La Nación

No hay comentarios:

Publicar un comentario